Alguna vez he pensado tirar la toalla

Hoy me he lanzado a escribir una entrada contando, o más bien gritando por si alguien quiere escucharlo, lo difícil que es ser editor.  Os aseguro que más de una vez he pensado tirar la toalla y si no lo he hecho es por dos motivos.  El primero porque no vivo de publicar, pero si tuviese que vivir de esto seguramente ya habría cambiado de profesión.  El segundo es sencillamente porque me gusta publicar.

Y si alguna vez he pensado en tirar la toalla no ha sido por vender poco o porque me hayan dicho aficionados que no les gustaba mi trabajo como editor.  No ha sido eso pues ya he dicho que no necesito vender para vivir.  Si alguna vez he pensado tirar la toalla ha sido porque no siempre veo cumplidos mis objetivos al publicar.  ¿Y cuales son estos objetivos? os preguntaréis.  Depende del proyecto.   Una de estas veces fue con el juego de rol Científicos.  El propósito de publicar este juego era acercar los juegos de rol al máximo de personas, e introducirlo en el ámbito educativo ya que los jugadores vivirán aventuras junto a científicos y científicas por todas las personas conocidos.  Y no lo he conseguido, o al menos creo que no como yo esperaba.  Cuando leo en las redes a grupos especializados de rol, de rol familiar y de rol educativo, pocas veces veo que se hable de este juego.  No sé si es que como editor no sé llegar a las personas que de verdad estarían interesadas en él o que es un juego de aspecto infantil pero difícil de jugar, y no porque el reglamento sea difícil, ya que se trata de unas reglas super sencillas, sino porque cuando unos padres quieren jugar a rol con sus hijos se decantan por mundos de fantasía y magia antes que por jugar en la vida real.

Sí es cierto que hay personas que lo están jugando, y que están entusiasmadas con el juego (desde aquí doy las gracias a Isa Leira y a Palomi entre otras personas que jugarán sin yo saberlo), pero cuando se trata de verlo en las redes, de que se aconseje jugarlo en grupos especializados, de ver vídeos de reseñas y cosas así, no las veo.  Aunque quizás sea porque no me entero, no sé.

Para estas cosas las redes sociales son fundamentales, y tengo comprobado que cuando una persona consigue subir al grado de "influencer" y tiene un buen grupo de seguidores, estos juegan a lo que la persona influencer juega o les aconseja.  Es así y está bien, es lógico que cada uno juegue a lo que le gusta y aconseje al resto jugar a lo que él juega.  Si a mi me preguntan por música o cine siempre aconsejaré a quien me pregunta que escuche o vea aquello que a mi me ha gustado.  Lo cual no quiere decir que lo que yo no aconseje no sea válido, mejor o peor que lo que sí aconseje.  

Vivimos en un mundo tan rápido que no tenemos ni tiempo de comprobar por nosotros mismos si algo nos gusta o  no, y muchas veces pedimos consejos no siendo conscientes de que quizás nos estemos perdiendo cosas que nos gustarían y por la forma de vivir que tenemos, no conoceremos.

Como editor siempre crees que lo que vas a publicar es la ostia.  Bueno, siempre no, al menos en mi caso.  Soy consciente de que hay cosas que publico que son muy buenas (siempre en mi opinión), buenas y normales (aunque a mi me puedan gustar).  Es cuando al publicar algo que crees necesario y fundamental que exista, y no ves esa respuesta en el resto de personas (o no la ves con la fuerza que esperabas), te replanteas si tu forma de ver las cosas es acertada o no.  Quizás te has dejado llevar por la euforia y ese juego que has publicado realmente no era tan necesario.

Me ha pasado también con otros proyectos, como Aventuras roleras para niños curiosos, la Guía de los juegos de mesa en el aula, Campeones de Verne (yo que pensaba que un juego de rol rememorando las obras de Julio Verne era la bomba... y lo sigo pensando.  Quizás un juego de otra forma, no sé...), con Animalix (un juego de cartas sencillo, donde puedes aprender a sumar, restar, multiplicar o dividir además de conocer las costumbres de algunos animales).  Sin embargo hay otros proyectos que me han reportado felicidad y confirman que no, que no me equivoco cuando creo que un juego o un libro debería existir: Monster kit es el mejor caso, pero libros como Educar jugando también entrarían en este grupo.  Cthulhu kids, el último libro que he publicado hasta ahora, todavía está demasiado reciente para saber si tendrá el éxito que yo espero o no (ojo que no digo si tendrá "éxito" sin más, porque no me refiero a si se venderá mucho o poco).  Este éxito no es otro que vean los lectores de novela juvenil que se puede jugar a rol con los personajes de la historia que acaban de leer.

Proyectos como el juego de rol Orn o el libro juego El caso White han sido apuestas más personales, y aunque no han tenido el éxito que yo esperaba, no entrarían dentro del grupo de proyectos que considero fundamentales.  Orn es un libro maravilloso, que hará las delicias de cualquier persona amante del buen gusto, porque los cómics en los que está basado (cuyo autor es Quim Bou) son una auténtica delicia, y el autor del juego, Jordi Martín, además de buen amigo es un excelente creador de juegos de rol.  El Caso White es también un libro juego que deja de lado las historias juveniles de aquellos "Elige tu propia aventura" y similares para meternos en una historia adulta, que bien podría gustar a cualquier aficionado al género negro.  Pero es un libro juego, por lo que no creo que ningún lector de novela policiaca se ponga a leerlo nunca.

Escribí también un libro que publicó la editorial Epicismo en el que intentaba explicar a quien no había jugado nunca que era un juego de rol.  Creo que hay pocos libros sobre la materia y creo que en su momento fue un buen producto.  Tras siete años ha quedado algo desfasado pues han surgido nuevos sistemas de juego de rol, nuevos juegos y nuevas personas aficionadas, pero sigo pensando que como primera lectura (o como lectura complementaria) no está mal.  Además es corto y se lee de una sentada.  

En fin, que hay proyectos que me proporcionan alegría porque veo que cumplen el propósito con el que los publiqué.  Son los menos.  Veo algunos más que se quedan a medio camino, aunque quizás necesitan todavía rodaje y dentro de unos años sí serán lo que yo esperaba de ellos. Son los más. 

Y termino la entrada de hoy dando las gracias a las personas que apoyan mis proyectos (o los proyectos de Nexo Ediciones, que a fin de cuentas cuando se publica algo detrás hay varias personas, como la autoría, parte principal de la obra aunque yo me esté dando autobombo desde este blog; correcciones, ilustraciones, diseño gráfico...  y los mecenas, porque no se debe olvidar que el 90% de lo que publico lo hago por mecenazgo, y estoy seguro de que estas personas, aunque no lo digan en redes, disfrutan de los proyectos que lanzamos y saben que a fin de cuentas, cumplen su propósito.

Por todo esto no he tirado la toalla, aunque alguna vez me lo he planteado.

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