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Mostrando entradas de marzo, 2021

Algo no funciona en el hobby del rol

Reconozco que el título de esta entrada tiene algo de trampa y de márquetin para atraer lectores.  Viene por las redes sociales.  Pertenezco a varios grupos de Facebook y observo que, aunque el hobby del rol como tal es sano y puede servir de herramienta muy potente para afrontar la vida, también es cierto que hay aficionados que tienen afán de destruir el trabajo de otros. Estoy en algunos grupos de Facebook donde veo como se condena el trabajo de alguien, normalmente una editorial o un autor, por los comentarios que terceros hayan podido hacer.   Comentarios en algunos casos sin el peso de un especialista en la materia.  Es como si muchos aficionados a los juegos de rol fuesen también abogados, policías, jueces...  Hace unos meses finalizó el mecenazgo de un juego que fue acusado de plagio en un canal de vídeo rolero.  En estos hilos donde algunos de sus miembros son especialistas en muchas materias, ya se condenó a los responsables y se puso el grito en el cielo avisando a todos los

Mi propio mundo: La Ciudad del Olvido

Hace unos años empecé a escribir un juego de rol.  Lo dejé al poco.  La verdad es que no le veía futuro.  Demasiados universos en el rol que están ahí esperando salir a la luz.  El juego está ambientado en un universo diferente al nuestro.  Una mezcla steampunk, carnaval de Venecia, western y postguerra civil española... ¡vaya mezcolanza!  El otro día compartí lo que tenía escrito en el Discord que hemos creado a raíz de la futura asociación de creadores de rol, y hubo compañeros que me animaron a continuar.  Yo que lo había dejado por la cantidad de universos inventados que ya hay.  He decidido retomarlo aunque no como una prioridad, más bien un proyecto a medio o largo plazo.  Son 30 páginas de ambientación y quiero dejaros en esta entrada un pequeño extracto.  Espero que os guste: La Ciudad del Olvido está dividida en cuatro barrios. De ellos el más antiguo es el “barrio viejo”. El barrio viejo es tan viejo como los hombres que habitan la Ciudad del Olvido o incluso más. Hay leyenda

De Ramones y aprendizajes

Recuerdo que cuando publiqué la primera edición del libro "Educar jugando", a un mecenas llamado Ramón (no voy a poner apellidos) le llegó el libro tocado en las tapas debido al poco cuidado que pondría el servicio de Correos durante su transporte.  Nunca me lo dijo y si me enteré fue porque lo leí en un foro dónde Ramón observaba tal incidente.  Nada más leer su comentario le escribí un mensaje privado para decirle que si quería le enviaba otro libro, pero Ramón nunca me contestó. Esta anécdota me sirve para abrir la entrada de hoy.  Quiero lanzar un mensaje de optimismo para todos aquellos que empezáis a publicar algo.  Esto de publicar tenéis que tomarlo como una carrera de fondo.  Igual el primer juego que publicáis no os sale tan bien como queríais.  Os criticarán: que si las ilustraciones no son buenas, que si los materiales dejan que desear, que si tardáis mucho en enviar el juego a los mecenas, que si las reglas no se comprenden, que si tenéis erratas... Aunque tambié

De mujeres y tiendas de juegos

Hace cinco años Montse, mi pareja, tuvo que cerrar la tienda de juegos que había abierto en un centro comercial de nuestra ciudad.  Aunque en la tienda yo le ayudaba, ella era la dueña.  La verdad es que no iba mal.  El centro comercial nos ofreció unas condiciones muy buenas: no nos cobraban alquiler, ni luz, ni ningún gasto, a cambio de que nosotros organizásemos actividades de cara al centro comercial.  Hicimos muchas actividades en los dos años que estuvo abierta: demostraciones de juegos, partidas de rol (aunque pocas pues apenas se apuntaba gente para jugar), charlas (recuerdo que vinieron miembros de la Asociación Tolkien de Zaragoza entre otras), ludotecas, talleres de pintura de minis... La verdad es que todos estábamos muy contentos con los resultados.  Las cuentas de la tienda en esos dos años no dieron para ganar un sueldo apenas, pero tampoco nos generaron pérdidas, lo cual hablando de una tienda de juegos abierta ante un público no jugador, ya era una victoria. Hay que te